lunes, 16 de noviembre de 2009

No me sigas



No me sigas, porque camino lento, porque mis pasos son aletargados y cansinos, en cualquier momento pararé, dejaré de avanzar y me desbarataré por las colinas de aserrín de algún lápiz desolado, destajado sin piedad.


No me sigas, porque erré el camino hace mucho, porque cada paso es un aproximamiento a la provocativa autodestrucción masiva de este ente caminante por vocación irrevocable; porque, si este camino es cada vez más angosto, corres el peligro de que caigas en el intento, y sería mi culpa otra vez.


No me sigas, porque hacia donde voy necesito estar solo, porque la soledad me arrastra tentativamente a un diálogo amoroso que solo yo podré entender, sería en vano que persistieras en tratar de seguir mi rastro, ella no te lo permitiría, es muy celosa con su víctimas, y cuidadosa también.


No me sigas, porque seguir es tarea de los que nacieron para hacerlo, porque seguir no es cuestión de querer sino de necesitar, de saciar la sed inexistente y fatigante de proyección benéfica, y yo no tengo proyección alguna.


No me sigas, porque puede ser peligroso, porque si vienes conmigo es poco probable de que puedas regresar, nada será lo mismo, nada, porque es tóxico el radiactivo margen que dejo tras mio y no te hará nada bien, te lo aseguro.


No me sigas, porque es mejor tenerme lejos, porque si me tienes lejos puedes extrañarme de vez en cuando y escribirme cartas imaginarias, porque si me tienes lejos SERPOST no se quedará vacío y eso me hará feliz.


No me sigas, porque yo también estoy perdido.



A-Z