jueves, 18 de marzo de 2010

Ser tu amigo


Todo inicia con un recuerdo (así de trágico puede llegar a ser), y es tan trágico que me pregunto si acaso no es esperanzador. Me detengo un momento, entonces, y miro mi pasado, luego, miro sin ánimos hacia el futuro (si es que existe) y me doy cuenta de que aún me falta mucho por hacer (y deshacer).


He dejado muchas tareas incompletas a lo largo de mi corto existir. Entre ellas se encuentran algunas como enseñar Literatura en mi colegio, leer obras clásicas que simplemente no me atraen (pero debo), escribir un par de libros de bajo presupuesto (o caer en el intento), montar una estruendosa orquesta de salsa (preferiblemente cubana), rebatir con mi hermana algún cuento de Cortázar, incursionar alocadamente en la política (y salir perdiendo), etc.

Son muchas e imposibles en su mayoría (idiotas también). Sin embargo, hay una que estoy seguro que es la que me hará sentir mejor: Ser tu amigo.


Sí, ser tu amigo, o almenos intentar serlo, porque debe ser algo difícil (por no decir imposible), y es algo que vengo esperando desde hace varios meses, como creyendo que el destino nos fuera dar la oportunidad algún día de estos, cuando yo ya la he malgastado todas en muchas ocasiones y llorado amargamente por las noches.


Lo peligroso es que sé que lo sospechas, y no sé si eso sea positivo o contraproducente. Debo dejarlo a la suerte, como todo en mi vida. Tal vez entre tanta pérdidas alguna vez me toque ganar.


Ya tengo planeando todo desde hace mucho, después de tantos intentos fallidos creo que he encontrado la manera más quijotesca y homérica para lograrlo, dándote la importancia que te mereces y la honorabilidad que no tengo.


Te resumo mi plan en los siguientes pasos:


1)Averiguar denuevo tu nombre (que olvidé tratando olvidarte)

2)Terminar el libro que vengo trabajando (es un decir)

3)Publicarlo con una dedicación engalanada por tu nombre.

4)Presentarlo en la universidad que estudiamos, con la compañía del gran Eloy Jauregui.

5)Contar buenos chistes y decir muchas lisuras en la presentación para parecer un escritor bohemio.

6)Asegurarme de que asistas y que (no) me oigas.

7)Comprarme mi propio libro (renegando, sin duda).

8)Acercarme a ti entre la (poca) gente.

9)Sacar mi viejo lapicero azul.

10)Pedirte que me firmes mi (mal) libro en la carátula.


Ahora viene la parte que depende de ti, la que no tengo permitido planear pero sí imaginar, y que es básicamente lo siguiente:


11)Garabateas artísticamente la carátula.

12)Me dices que no te caigo como escritor (que por cierto no soy) pero que tal vez como persona.

13)Te pregunto si es que quieres ayudarme a escribir mi vida.

14)Me dices que sí, pero con la condición de que no sea con lapicero azul.


La aventura se desata, sabemos lo que el mundo propone y lo que nos falta por proponerle a este.

Por lo pronto falta mucho, pero cuando estes aquí estoy seguro que podremos afrontarlo sin descaro.


Y cuando caminemos juntos y entres en mi vida, viviré trás de ti como en una especie de fototropismo, me acercaré hacia a ti como a la luz. Y si te alcanzo se irá la oscuridad, quizás ni la muerte nos separe, inclusive.



Chama.