lunes, 7 de septiembre de 2009

Vivir con bastón


Se apagaron las luces. Ayer me dijeron que era domingo. Hoy me han dicho que es lunes. Dicen que mañana será martes. También dicen que soy medio idiota y payaso, yo les creo.


Hoy me caí por las escaleras, el piso estaba mojado. Caí de espaldas como una tortuga, incapaz acaso de levantarme, mirando al cielo me fije en una nube y tenía forma de algodón. Como me gustaría caer al cielo.


Camino adolorido, tengo los dos brazos moreteados, me golpié condenadamente el brazo derecho y creí que se me había roto. Intenté recoger mi mochila pero mi brazo me punzaba de forma inaguantable. Sería bonito ser zurdo.


Me confundí de salón como siempre, me senté en otro y me empezaron a mirar raro. Como es normal no les hice caso, tal vez es mi cara pensé, soy muy feo, carijo, asusto. Entró otra profesora, comprendí mi cojudez. Me pregunto si no me habré equivocado de vida, también.


Llego tarde al otro salón, entro por la puerta trasera para que nadie me vea. La dejo abierta para no hacer ruido al cerrarla, se tira sola, todos me miran como el desadaptado que llega tarde e interrumple la clase. Hago una mueca del Chavo y me huele a circo romano. No es la única puerta que se cerró, sin que yo quiera.


Abstirobert se ríe de mi estupidez, yo también pero no exageradamente porque me duele la espinilla cada vez que lo hago. La próxima que te tires a la piscina mira que haya agua pues, me dice. Yo le digo: Tienes razón, hombre, también me pondré mi ropa de baño.


En el pasadizo nos encontramos con Nicotina, tiene la pierna rota. Yo me quejo de mi brazo, él se queja de su pierna, Abstirobert de que nos quejamos mucho, mi vecino de que leo hasta tarde, mi padre de que no me entiende, mi corazón de que lo maltrato mucho. Los seis seríamos un excéntrico equipazo de futsal.


Tenemos hambre, vamos al comedor. Hay una cola inhumana. Todos atrapados en la misma sociedad, me acuerdo de la canción. Hago mi colita como todos, estoy contentito, no sé si llegará a algún lado específico pero estoy ahí, mezclado. Abstirobert, Nicotina, y su señorita, están buscando mesa. No avanza la cola, me fijo bien, hay otra al costado, voy para allá y le pregunto a un mesero: Disculpa, se me perdió el camino hacia la felicidad ¿Dónde es la cola?


Se acabó el menú, no almorzé. Me olvidé de leer Argu, no dormí. Me dormí en Mate, no entendí. Me resfrié por tonto, no me di cuenta. Me perdí en mi propia vida, no me encuentro. Tomé un café y me dió más sueño, fue lo único de lo que no me arrepentí.


Cae la noche aquí, aunque ya estaba antes. Llevo la mochila en el brazo izquierdo y cojeo un poco, con gracia. Nos dirigimos hacia la salida. Le pregunto a Abstirobert, me gusta preguntarle porque sus respuestas nunca tienen dueño: La barbilla te crece rápido ¿verdad? y él me contesta parco, inocente: "Claro!, no puedo parar mi desarrollo pues hombre!"

Y yo río por primera vez en el día mientras me dice que aún tengo cara de niño...




Abstirobert, Nicotina, Alexsex, Dudopata.


M.

3 comentarios:

Mely dijo...

Mañana siempre será otro día :D

Gitana mojada dijo...

Que bonito sería ser surdo, estar equivocado de vida, ser un idiota de esos que tienen mucho dinero...

Pero no sabes me kedo así... me late un buen mi vida ser diestra, pesada, pedante, dificil, inestable... o más bien es ke no conosco otra forma de vida

y caerme en las escaleras es arte del día a día


buen escrito

Dudo dijo...

El arte de día a día :)