miércoles, 3 de febrero de 2010

Perspectivas decimales



Me tienes en la mira, ya sé que debería ser al revés pero, ¿Quién ha dicho en la vida qué es lo que debe ser y que es lo que no? Al diablo con todo esto, sé que no nacimos para morir por poco y menos para vivir por mucho. Estamos destinados a manipularnos extravagantemente sin necesidad de incentivos materiales, tan solo con el gran invento de vuestros ojos angelicales.

Estamos aquí, frente a frente, así como alguien hubiese querido predecirlo alguna vez. Es un encuentro mítico, que no quiero olvidar nunca, es un confrontamiento de dos generaciones, de dos mentes incompatiblemente amables que se unen de un momento a otro para provocar un derrumbe cataclísmico. Así somos nosotros, como dos mecheros encendiéndose sin final previsto, así somos, como dos meteoros que se miden sin chocar.

Te acercas y me parece oir tu respiración agitada. Has estado corriendo. Sé que vienes escapando de alguien o de algo. Sé que escapas de tu pasado. Sé que no escaparás de mí. Sé que no escaparemos de nadie.

Me señalas hacia el vacío. Apuntas hacia el futuro, tú piensas en grande: El mundo será nuestro, cobraremos la renta y viviremos de eso. Seremos millonarios.

Yo asiento con la cabeza, te otorgé la comandancia de mi vida quizás antes de que lo quisiera. Tan solo no te estrelles, sábes que no me gusta andar con cinturón de seguridad y que soy muy duro para pagar las multas.

Eres visionaria, para ti la vida es un gran negocio. Piensas, planeas, inviertes, lo consigues, lo tienes, lo pierdes, lo vuelves a invertir. Yo soy de vista corta, solo tengo ojos para ti (y para los chocolates).

Sé que serás una gran mujer, una gran amiga, una gran compañera, quizás la muy buena esposa de alguien. Yo seré quíen siempre te visite, el que te pida un préstamo diciendo que será la última vez, el que te prometerá que dejará la cerveza algún día, el que te jurará que alguna vez dejará su trabajo austero para dedicarse a algo que le dé un mayor beneficio económico. El infaltable acosador de las tardes de soledad frente a la costa verde. Ese seré yo.

Y no me digas que soy un espeso, porque ya lo sé. Solo dime cúantos días faltan, solo quiero saber eso.

Porque la espera me hará viejo pero más valiente, se requiere valentía para esperarte.

Espero que lo entiendas, espero que lo entiendas...




A.......Z...111.222.333

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