domingo, 15 de enero de 2012

Un cinéfilo sin filo


Eduardo, te mando este guión a ver cómo lo escenificarías, dame una manito por favor:


Estoy desparramado en mi cama, peléandome con las sábanas por varias horas, y me he preguntado hacia el final de esta madrugada: ¿Qué tanto hacemos en este mundo inmundo? ¿Para qué hemos venido a parar a este desagüe de sentimientos? ¿Para estar solos siempre, acaso? ¿Con ese sentimiento de culpa infinito que no se define en la soledad? Solo sé que soy un huevón que le hace preguntas a la sombras, que de eso sí estoy seguro.

Es que estoy triste hasta el cogote, y no creo poder soportar otro día más como estos. Llamo a Dios por teléfono público (pues no tengo blackburro) y le digo que, por favor, me dé de baja. Ya no aguanto le digo, córtame el cablecito, cáncelame la tarjeta "Ripley". I'm out, ya no quiero sufrir más, papálindo. Abandono el negocio para fumar cigarrillos cual chino en quiebra.
Soy un deprimido de miércoles, te lo admito. De pronto ya no quiero nada, cuando alguna vez quise, alguna vez te quise...
Ayer te quise mucho más que a mi vida, en serio, y mañana te voy a odiar más que a Gisela.

Así es la vida, pues. Mira: Tienes algo y lo pierdes. Nada dura para siempre. Esas malditas frases que siempre tienen la razón me castigan la existencia. Solo quisiera hacerme el duro indefinidamente, para hacerte creer que todo está bien, que no ha pasado nada, que no me ha afectado en lo más mínimo tu cruel indiferencia rotunda. Pero es como querer ocultar mi nula simpatía, es imposible. Soy feo hasta las entrañas, aunque no lo sepas.

Por eso voy a llorar hasta el cansancio, hasta la deshidratación. No por ser feo ni por ser malo escribiendo, sino porque no te pertenezco. Voy a ser el hombre más triste del planeta, y nadie me va a ganar. Tendrás algo de mérito, por supuesto. Aunque ni te enterarás porque, de hecho, ni te interesa en lo más mínimo lo que me suceda. Así salga en las noticias o mi avión se estrelle contra Macchu Picchu , será lo mismo para ti. Así algún día escriba algo que valga la pena y aparezcan mis artículos en cualquier diario mermelero, le harás más caso a lo que suceda en "Al fondo hay sitio" que a las desgracias que puedan ocurrirme a diario. Bueno, no es que pretenda llamar tu atención tampoco... no tengo con qué, de todos modos..

A pesar de todo, no te preocupes que siempre te tendré en cuenta. Seré el malhechor que nunca pudo robar tu corazón, de cualquier forma. Ah sí, recuérdame borroso, porque si me recuerdas bien y claro de seguro te espantarás y optarás por borrarme definitivamente, y eso no es lo que queremos, ¿verdad? Somos buenos amigos después de todo, tomaremos el disfraz de la amistad para calmar la tormenta, para decir que aquí-no-pasó-nada-señores, que se acabó la función. Lo que no sabes es que el payaso se cansó de sonreír y ahora llora en su camarín. Vamos a olvidar que alguna vez creí en el amor por tu culpa y fracasé en el intento.

Dale, ambos sabemos que solo fui un experimento extraño y raro, fui una de esas trampas amorosas que te pone el destino para abrir los ojos de una vez por todas. No puedo pedirte nada, no puedo ser exigente contigo, tampoco inteligente. Solo te voy a preguntar una cosa antes de cerrar el libro:

¿Me vas a dejar solo en esta película de terror?

Pero tú no respondes, y no respondes....

Aún estoy en la sala esperando que alguien me dé una explicación.



La película terminó pero el terror jamás...


-Estimado colega, te pido perdón porque no sabría cómo lo podría trasladar al cine, te juro que moquería demasiado en la filmación, demasiado. En verdad lo siento mucho...

1 comentario:

Unknown dijo...

Me encantó, sencillamente
son muchas cosas que uno siente, pero no las logra explicar, expresar quizá como lo hace un literato... eso es lo mágico de la literatura. Tú posees la habilidad, el don, eso, eso que une mentalidades por unos instantes.